martes, 23 de agosto de 2011

Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante... Vívíla intensamente, sin mediocridades ni resentimientos. En vos esta el futuro y en enfrentar tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo. Aprende de quienes quieren enseñarte, nunca dejes de confiar, de amar y de vivir la vida que es lo más importante. No permitas que los celos, las angustias, las alegrías, los problemas y las confusiones te pasen por arriba sin que los vivas.  Nunca te resignes y siempre recuerda que si no peleas por algo, caerás por nada.

Me dejó por una carta.

Uma caminaba bajó la lluvia, mientras en sus ojos llovía aún más fuerte. El agua al descender hacía más fuerza, y los derrames en sus ojos aumentaban. Sus pasos se hacían más frágiles con el correr de los segundos y su mente ya no sabía que pensar. Comenzó a correr entre la gente, entre las calles de Londres, mientras el cielo lloraba. Sosteniendose su gorro beige para evitar que se volara, en lo cual fracaso, al verlo caer no quizo volver y decidió avanzar más y más rápido. 
Al llegar a su casa, se tiro en su sofá para poder descansar sus ojos que ya estaban hartos de llorar. Se sentó y pensó, " Acá estoy otra vez, la misma imágen, yo en un sofá con mi fiel compañera la ventana, llorando por alguien que no se merece ni el roze de mi piel ". Luego de poderse relajar, sacó de su abrigo mojado una carta y se dijo así misma que releerla sería masoquismo. Quién tendría la dignidad para terminar una relación por una carta? De repente sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonar del timbre. Se levantó, se limpió la cara tan fuerte como si tuviera barro en ella, se recogió el pelo y a hacia allí se dirigió. Atendió y al abrir la puerta ahí estaba, ahí estaba esa persona de las que uno quiere tener siempre cerca, esa persona que sí merece el roze de la piel de Uma. 
Lo miró a los ojos fijamente unos 5 segundos continuos, sus ojos grisaseos y sus ojos verdosos se unieron. Se abalanzó sobre él, como si acabara de volver de la guerra. Ahí estaba su amigo, su vida, Ben. Se conocían desde ya 4 años cuando se enamoraron en primaria. Uma lo invitó a pasar, tomaron un cafe con leche en forma de corazón, rieron como si no hubiera un mañana y charlaron como si esa visita nunca fuera a terminar, Ben dijo:
-Después de todo no solo estoy acá porque te extraño sabes? Encontré algo tuyo mientras yo y mi paraguas dabamos una vuelta... -Comenzando a revolver su bolso.
-Ah sí? Ya me parecía que no solo me extrañabas, ¿Qué estás buscando?.
-Es riesgoso correr abajo de la lluvia y el viento con un gorro beige.
-Ben, gracias, yo solo... No podía determe. 
-Claro, detenerte, te vi correr Uma, y también ví tu cara y me dí cuenta que no solo llueve en el cielo- Insitandola a que le cuente lo sucedido.
-Sí, aveces no solo llueve en el cielo- Uma estaba incómoda sabiendo que hace 1 hora estaba destrozada en el sofá teniendo el mismo pensamiento.
Ben intrigado por la tristeza que contenía la joven, insistió en que le contara, que él estaría allí para apoyarla en todo. Uma le confesó, que hoy en su banco le dejaron una carta y no una carta cualquiera, una carta de su novio, Valentino, la abrió ansiosa y feliz de que al muchacho le haya agarrado un ataque de romanticismo. Al comenzar a leer la carta, Uma comenzó a desarmarse, su mirada empezaba a entristecerse y sus ojos azules a llenarse de lluvia como en las películas de drama. Su novio la habría dejado por medio de una carta, se sintió triste y sin valor, creyendo que no valía lo suficiente como para que su novio o ex novio tuviera las agallas para terminar una relación cara a cara. Ben se entristeció y sintió pena por Uma, la abrazó entre sus largos brazos, besó su frente, y le dijo que el hombre que la merezca jamás la hará llorar. A Uma se le dibujó una pequeña sonrisa en la cara y respondió al abrazo del joven. 
                                                                 

Jueves algo soleado, día de colegio, Uma se vistió, cepilló sus rulos y salió en su conocida bicicleta azul rumbo a su colegio. 
Al llegar, saludó a Ema, su amiga incondicional, entre abrazos y preguntas, le contó que Ben estuvo ayer por la tarde en su casa. Ema entre felicidad e intriga, la bombardeaba a preguntas pero la campana sonó y era tiempo de ir a clase, subieron las escaleras y saldrían dentro de siete horas. 
Era el entretiempo entre hora y hora, mitad paseando por el pasillo mitad dirigiendose a la biblioteca Uma estaba en su mundo, mirando las ventanas que le recordaban la patética tarde, el patético momento sola en su sofá. Sus pensamientos fueron interrumpidos, una vez más, al chocarse con Felipe, alto, con buenos brazos y ojos celestes. Lo saludó desinteresademente ya que era como el hermano, ex hermano de su novio, ex novio. Felipe preguntó como estaba, mostrando interés y Uma contestó bien, mostrando desinterés. El muchacho le ofreció ir a tomar un café el sábado por la tarde. Uma sorprendida se negó explicandole que no saldría con alguien que tuviera que ver algo con Valentino. Felipe rió y le confesó que Valentino no formaba más parte de su vida, habrían discutido por la forma en que él la dejó y decidieron distanciarse. A Uma los pensamientos se revolucionaron, ¿Qué era lo que acababa de escuchar? Felipe y Valentino peleados, eso si que merecía un GuachiWow bien alto. Uma aceptó, Felipe sonrió y siguió su camino. La sonrisa de Uma aparecía una vez más mientras se preguntaba porque estaba sonriendo. La joven escuchó unos pasos, como esos que aparecen en las películas y te hacen pensar que alguien te está siguiendo, volteó y no había nadie tras sus espaldas. Feliz siguió su camino hacia la biblioteca, mientras una muchachita rubia seguía su camino en dirección opuesta.

                                                                   ♥

Viernes, era Viernes. Transcurrían la segunda hora de Ciencias Económicas en el curso de Uma, a su lado se encontraba Ema mirandola anonadada por su comportamiento extraño. Ema preguntó si algo especial había pasado después de volver de la biblioteca el Jueves. Uma contó todo lo que sucedió en menos de 15 minutos en ese pasillo. Ema de verdad quedó anonadada, entre risas y comentarios por lo bajo, siguieron la conversación. 
Era tiempo del receso, Uma bajó por lo último al patio trasero que era para los grandes de la secundaria, vió a Felipe de lejos que le respondió la mirada. Rió, se sonrojó y siguió comiendo su yogurt mientras se tiraba al sol con Ema y su amigo Evan.
El timbre y las campanas sonaron al compás y ya era tiempo de subir. Uma subió antes que todos y al entrar al salón pudo divisar desde lejos un pequeño papel sobre su banco. Sintió que el corazón se le detuvo, ¿Qué era ese papel que estaba tirado despreocupado reposando en su banco? Sentía que el corazón escalaba hacía su boca intentando salir para poder correr lo más lejos que pudiera. ¿Acaso la historia se estaba repitiendo? Paró su imaginación y se acercó a la mesa, sus compañeros todavía no habían subido. Escuchó unos pasos otra vez, como el día anterior, volteó pero no había señal de nadie, fijó su mirada en el papel, era una carta. Cautelosamente comenzó a abrirla, decidamente su corazón salió de su boca y se fue a correr una maratón. Ema abrió la puerta y Uma guardó la carta en su bolsillo con rapidez. Las horas pasaron lentas y Uma sentía cada vez más como lloraba por dentro. Siete horas pasaron y Uma sin saludar salió por el porton principal por el colegio y se dispusó a caminar. Felipe notó su salida y desde lejos gritó su nombre, Uma no volteó, solo pensó que su mente le estaba haciendo una mala jugada. Comenzó a correr, a hacerse espacio entre la gente, esta vez no traía gorro y el cielo no lloraba pero en sus ojos si llovia y muy fuerte. 
Llegó a su casa, se tiró en el sofá y se dijo así misma " Esta rutina empieza a ser desgastante para mi vida " Dejó de llorar. Quería gritar pero ese dolor calló su voz, ella estaba llorando promesas rotas, ¿Algún día dejaría de cumplir las propias? Decidió que las marcas sucias que esas personas le dejaron eran su pasado y no su sol. Sus pensamientos fueron interrumpidos, sí, otra vez. Otro timbre llamó a su puerta, sí, otro timbre. Sus pensamientos se lanzaron a correr y a caminar cuando se quedaban sin aire, fue hasta la puerta y abrió. Era una chica, rubia de ojos marrones, con mirada mal intencionada y pelo hasta las caderas. Uma la reconoció luego de unos segundos, su nombre era Olivia, iba a un grado más que ella y nunca iba a ningun lugar sin su amiga Pía, una coloradita que estaba detrás de ella. En fin, Olivia le dijo que comprendía por lo que Uma estaba pasando. Uma quedó desconcertada, parada allí delante de la rubia, con una mirada confundida. Olivia dijo que no se apene por que Valentino la dejo, le aseguro que era lo mejor y que ella los había visto con sus propios ojos a él y a una chica de tercero, Valentino la había cargado en sus brazos dandole un beso apasionado dirigiendose hacia la salida del colegio. Uma no sabía que decir, ¿Valentino la había dejado por carta y además POR OTRA? Olivia le confesó que ella fue la que dejó la primer carta en su banco y la segunda de Felipe también le aseguró de que lo hizo por su bien, ya que a Felipe también lo vió muy acaramelado con... Y Olivia se quedó sin palabras. Uma insistente pregunto " ¿Con quién? " Olivia calló, y pidió perdón por las cartas, pero que era lo mejor que podía haber hecho. Uma le pidió que se retirara, Olivia y Pía sin decir una palabra, dieron dos pasos hacia atrás, pegaron la vuelta agarradas brazo con brazo y salieron a caminar. Uma cerró la puerta y se derrumbó por dentro. ¿Debía creerle a Olivia? ¿Por qué ella le iría a mentir?
Era el fin de semana, Uma tenía 3 llamadas perdidas de Ema y no pensaba devolverlas. ¿Estaba bien lo que hacía? Uma no sabía, pero Olivia parecía muy convencida y los gestos de Pía muy convincentes. No recibió llamadas de Felipe ni de Valentino, aunque Valentino estaba de viaje y no lo veía desde el día de la carta. Uma se dijo así misma " Quien no te busca, no te extraña, quien no te extraña, no te quiere. El destino determina quién entra en tu vida, pero yo decido quien se queda " Habia un solo remedio para un sábado tan deprimente, llamó a Ben y hablaron horas y horas, Uma empezó a volar y a sus problemas olvidar.

                                                               

Domingo por la noche, Uma estaba mirando su celular leyendo las 5 llamadas perdidas de Ema y escuchando a su mamá hablar de lo costosa que estaba la carne. Uma miraba el techo, miraba el borde de la televisión, las patas de la mesa ratona que se encontraba enfrente y a su perro Kimberlo morder una pelota vieja. Uma quizo recitar una canción latina que había escuchado por ahi, de esas canciones que solo se escuchan por ahí y comenzo a pensar " Uma sabía que no puede ser, que esos amores no pueden durar y que la vida es así, que te da sólo pa' quitarte. Y así arrancó para algún callejón mirando un hada, escuchando un adiós adiós a todo placer que te saque de la amargura ". Su mamá se acercó a ella, mirandola extrañada, preguntó que ocurría, que pasaba que no tenía la misma energía de siempre, por qué no se movía con esa simpatía que es común en ella. Uma la miró como preguntadose, ¿Cómo es que esta mujer sabe todo? Amelia, su mamá, respondió leyendole la mente " Instinto materno ". Uma rió y ambas se tiraron en el sofá nostálgico de Uma. Amelia oía atentamente todos los dilemas de su hija, hasta que la paró y solo le dijo una frase " Uma, cariño, si no peleas por algo, el día que caígas, caerás por nada " Le dió un abrazo de esos que solo las mamás saben dar, se paró y se fue a la cocina con Kimberlo atrás. Uma miró el techo, las patas ratonas y la solitaria pelota vieja y se dijo a si misma " If u don't stand for something you'll fall for anything " 

                                                               

Primera hora, Lunes, Lunes, Lunes en la mañana. Uma medio viva medio muerta, arrastró su mochila hasta el asiento del medio y se tiró como desplomada. Ema entró al salón apenas la vió, corrió hacia ella preguntandole donde estuvo todo el fin de semana. Uma, exhausta sin responder, la abrazó y le susurró un perdón. Ema entendió que algo había sucedido, pero algunas cosas son mejor no saberlas, así dice el dicho, sonrió y le devolvió el abrazo. 
Luego de pasada la primera hora, era tiempo de ir al descanso, Uma tomó su billetera, a su amiga Ema por el brazo y ambas se dirigían a fuera del salón. Cruzando el pasillo, a Uma le vinieron flashes de su corta charla con Felipe, sacudió la cabeza dos veces y miró al frente, en ese instante deseo haber seguido pensando en Felipe. Al levantar la cabeza pudo ver a su novio, ex novio, con una sonrisa de oreja a oreja, de punta a punta. Valentino fue corriendo a abrazarla, Uma sí que estaba anonadada. Lo miró extrañada, lo apartó a un lado y se alejó, le dijo que no se le acercara así nunca más, que no tenía derecho alguno, agarro a Ema otra vez del brazo y bajó las escaleras. Valentino quedó en medio del pasillo, con medio curso observando, y los brazos abajo.

Uma bajaba las escaleras mientras sintió que una ráfaga la atravesaba, era Valentino había bajado las escaleras a velocidad luz, fue en busca de Felipe, lo agarró por la remera y lo culpó del comportamiento de su novia, ex novia, bueno novia para él. Felipe se soltó y le aclaró que Uma estaba en todo el derecho para comportarse como quisiera con él después de lo poco hombre que fue al dejarlo por una carta. Uma gritó "¡ÉL NO ME DEJÓ POR UNA CARTA!" mientras a coro Valentino gritó "¡NUNCA LA DEJARIA POR UNA CARTA!" Felipe se alteró no sabía que pensar, a todo esto Olivia se asomo por la ventana de su aula. Uma se acercó a Valentino, y lo acusó de haber cargado y besado a una chica de tercer año. Una muchacha mása grande se metió en la conversación y aclaró que ella se había caído y Valentino solo la había ayudado a levantarse. Uma, confundida preguntó a dónde la llevo, la muchacha respondió que afuera del colegio, a la enfermería que esta afuera del colegio. Uma no sabia que decir mientras Valentino la miraba con decepción. Olivia salió de su salón, y acusó a Felipe de haberlo visto encariñado con Ema, Felipe explicó que solo la abrazó y la besó en la mejilla por amistad no por amor. Era una situación incómoda, para Uma especialmente, que sentía que su mundo se venía abajo ¿Había llorando dos semanas por un ex novio o novio que no le había hecho nada?¿Fue todo un grave error?¿Y qué pasaría con Felipe? El recreo terminó y por tanto esa obra dramática que se había originado en él. En las escaleras, Valentino se acercó a ella y le pidió disculpas por el teatro que se había armado abajo. Con un mirada al piso, el muchacho de ahí, morocho, le explicó que no podía mantener un noviazgo con alguien que no confiara en él y que sin embargo en unos meses se iría a vivir a Canadá. Uma lo quedó mirando por unos minutos, lanzó una diminuta risa y le dijó " Tendríamos que haber sido amigos desde un principio " Valentino sonrió y le dijo que tenían meses para realizarlo, con esa frase se machó.

Ya a la salida del colegio, Uma marchaba a su casa, esta vez, sin bici, mirando el piso recordando palabras de las ultimas semanas. Escuchó un Uma, pero esta vez no creyó que fuera una jugada de su imaginación. Volteó y ahí estaba él, tan cálido como siempre, tan alegre como de costumbre. Se acercó a la joven y le dijó:
-Fue un Lunes agitado, ¿Verdad? Lo puedo ver en tu cara. 
-¿Ahora sos adivino? Preguntó Uma bromeando. 
-Eso y que me llamaste un sábado a la noche, algo tiene que haber pasado. 
Uma le respondió una sonrisa y Ben, él perfecto Ben, la agarro de la mano. Caminaron 5 cuadras bromeando y riendo. Uma tuvo la sensación de volar más alto que las nubes, en el lugar más insospechado. Descubrió que el paraíso puede encontrarse en el tacto de una piel suave, que las caricias son más fuertes que los golpes y que los abrazos pueden hacerte volar. Aprendió que no se cree solo en lo que se ve, si no en lo que se sabe. Qué nadie es nadie para ser juez en la vida de otras personas y que la confianza es uno de los valores más importantes en la vida. Los enredos, los malentendidos y las confusiones te pueden llevar a patinar más de, de muchas veces. Pero todo se aclara y todo se resuelve, y si no tiene solución, inventa una nueva. 

Dejarse llevar por las historias que te pasan por delante tiene sus consecuencias, en este cuento se puede ver el amor en muchos estados, el confuso, el cálido, el lastimado y el seguro. La mentira, la falsedad o el engaño, son los que modifican el libre camino de los hechos, alteran la realidad y la forman a los intereses personales. El juego está, en qué por medio de una carta o de una acción de Olivia para bien, se desenredan una fuente de equívocos y errores.
                                                    Constanza Fernández

lunes, 22 de agosto de 2011

Reseña " Sueño de una noche de verano "

Sueño de una noche de verano fue escrito alrededor de 1595 y representada hacia la misma época; publicada “in-quarto” en 1600 y en 1619, e “in-folio” en el año 1623. Es una de las obras más alegres, la califican algunos, escrita por Shakespeare.

La locura del amor, le pasa a cualquiera la pasión, el hielo. Compromiso, desamor, encontrarse o no encontrarse. Creo que en esta historia se puede percibir el amor en diferentes estados, el ciego y el total vidente. Se ve mucho también el matrimonio y sus conflictos, aunque es una interpretación subjetiva que puede variar en cada uno.
La mentira, la falsedad o el engaño, son los que modifican el libre camino de los hechos, alteran la realidad y la forman a los intereses personales. Aunque,hay un juego de Shakespeare: El líquido que el duende Puck exparse en los ojos de algunos personajes para cumplir con su orden, resulta luego fuente de equívocos y errores. 

Hermia,la fiel enamorada de Lisandro se niega rotundamente a casarse con Demetrio, el cual su padre eligió como futuro yerno. Por su parte, es amado por una amiga de Hermia, Elena, a la que ha abandonado para casarse con Hermia. Según la ley ateniense, el duque Teseo da a Hermia cuatro días de tiempo para que obedezca la voluntad paterna. Si los días pasaban y la novia no aparecía en el altar, tendrían que matarla.

Hermina y Lisandro eligieron escapar de la ley, donde nada ni nadie los pueda separar, deciden fugarse de Atenas. Planean encontrarse en un bosque a las afueras de la ciudad. Hermia con sus nervios, revela el plan a su amiga Elena que informa Demetrio. Demetrio sigue a Hermia al bosque y Elena sigue a Demetrio; de manera que los cuatro se hallan en el bosque aquella noche. Mientras los cuatro enamorados llegaban al bosque, Oberón y Titania, los reyes de las hadas que habitaban en el bosque, habían peleado debido a un sirviente. Oberón pide al duendecillo Puck, que salga en busca de una flor roja cuyo jugo si es vertido en los ojos de Titania mientras duerme, al despertar ella se enamoraría de el primer hombre que vea. Oberón oye los gritos de Demetrio retando a Elena por seguirlo y deseoso de ayudar en su reconciliación, ordena a Puck que vierta un poco de aquel jugo amoroso en los ojos de Demetrio cuando Elena esté junto a él. Pero acá comienzan los enredos,Puck, equivocando a Lisandro por Demetrio, vierte el jugo alrevez.  Oberón, descubierto el error de Puck, vierte el jugo en los ojos de Demetrio, de modo que ahora son dos los que cortejan a Elena. Las dos mujeres se pelean mientras los hombres se preparan a desafiarse por Elena.

Mientras tanto Oberón ha puesto el líquido en los párpados de Titania, quien, al despertar, no ve a Oberon, si no a Bottom el tejedor, con una cabeza de burro ya que él con compañía de artesanos estaban en el bosque ensayando una obra para representar en el festejo de las bodas de Duque. Titania se enamora de él en cuanto lo ve, y le requiebra por su belleza. Los sorprende Oberón, quien compadece a Titania, frota los ojos de su esposa con una hierba que la libera del encanto.

Oberón ordena a Puck que los libere del hechizo, el duendecillo rodea a los jóvenes y los reúne: mientras duermen, en sus ojos deja caer la hierba que deshace el encanto, de manera que al despertar vuelven a sus verdaderos amores. Se presentan Teseo y Egeo; los fugitivos son perdonados y las parejas se casan. 

Los diversos hilos del drama (las bodas de Teseo e Hipólita, la disputa de Oberón y Titania, la fuga de los cuatro amantes, la representación de los artesanos) se enlazan y desenlazan de un modo ágil y fugaz, la historia se mueve todo el tiempo, historias se desencuentran y se vuelven a encontrar. 
El capítulo quinto, la representación de la obra en la corte de Teseo, me hizo reir. Es una suposición o mía o más bien conclusión, que en la obra que representan los artesanos Shakespeare estaba haciendo una parodia a Romeo y Julieta: la escena de la conversación entre el muro sería una autoparodia de la famosa escena del balcón, y el suicidio de Píramo es una parodia del suicidio de Romeo cuando cree que Julieta está muerta. Se autoparodia rebajando el nivel de como se explica la historia al ridículo.
En conclusión, recomiendo mucho esta obra, me gustó demasiado, es entretenida, tiene sus enredos y hay momentos en los que tenes que agilizar la mente para comprender todas las relaciones pero es muy recomendable.




Constanza Fernández.